Los esfuerzos por encontrar vida en edificios de Ciudad de México destruidos por el sismo que causó casi 300 muertos se detuvieron este sábado ante un nuevo temblor de 6,1 grados que generó nerviosismo y temor entre la población.
El Servicio Sismológico Nacional informó que el movimiento tuvo su epicentro en el sureño estado de Oaxaca, que se vio golpeado a inicios de septiembre por otro terremoto.
Cientos de personas en la capital del país salieron de sus viviendas en pijama con rostros de angustia y nerviosismo.
"No tenemos hasta el momento reportes nuevos de incidentes derivados de este sismo", dijo a la cadena Televisa el titular de Protección Civil de la alcaldía, Fausto Lugo.
Sin embargo, desató temores de los efectos que pueda haber tenido sobre eventuales sobrevivientes bajo los escombros y en los edificios ya afectados por el sismo anterior.
Por protocolo, los rescatistas en un edificio derrumbado de la zona céntrica de Roma-Condesa evacuaron la cima de escombros rápidamente mientras que los familiares de las personas atrapadas ahí comenzaron a llamar rápidamente a sus otros seres queridos.
Antes de detener las actividades por el nuevo sismo, los rescatistas equipados con tecnología de punta centraban la búsqueda en cinco puntos de la ciudad donde aún hay signos de vida entre los amasijos de concreto y fierro, indicaron las autoridades de protección civil federal.